Mauricio Mena, una pieza del futuro guayaquileño que se educó con canciones de Titanic y Daft Punk

Hablamos con Mauricio sobre su nueva canción, samples ideados en chats y las influencias que lo trajeron al presente.

Los 22 años se le notan en esa risa fresca y tímida de la entrevista. “Dame un rato” es su primera frase. En el Zoom hay silencio hasta que pueda conectar su micrófono al interfaz y mueva cuantos cables sean necesarios. Prende la cámara y está agitado, apenas llegó de la universidad para cumplir con esta cita. “Estoy cansado”, dice entre riéndose y soltando el poco aire que recogió en esa oración.

Mauricio Mena es un músico solista de Guayaquil. En su discografía hay un álbum llamado , que salió en 2021 y un nuevo sencillo, Gye 2099, motivo que nos trajo acá.

En 2022 su historia pinta en el futuro, como si los días del ahora no le fueran suficiente. Pero hay años cortos y desmemoriados que a Mauricio le dan ese toque melancólico y electrónico en su nueva y vieja música. Recordamos su infancia juntos, en influencias sonoras que él todavía no entiende mucho porque y cómo llegaron a su vida.

Mauricio Mena, cortesía del artista.

De niño era cercano al dibujo. Como primer recuerdo se ubica a sí mismo de espectador en la primera película de Spiderman y cómo intentaba replicar esa escena en que Peter Parker diseña su propio traje en una hoja. “Yo le ponía pausa a la película y simulaba dibujar el traje”, dice Mauricio, un poco sorprendido por cómo puede aún recuperar esta memoria de su yo de cuatro años. “Siempre tuve esta sensación de que quería hacer algo artístico (…) por aquí tengo fotos con una guitarra de madera o micrófonos que te vendían en la calle”.

Mauricio junto a su abuela, cortesía del artista.

El dibujo quedó a un lado del desarrollo de Mauricio, quien creció con regalos en el círculo de su familia, desde una guitarra que su tía le obsequió hasta un MP3 de una giga, que para ese entonces significaba un lujo comercial. “Como a los 10 o 12 años me interesé en escuchar música por mí mismo. Lo hacía en este MP3 en que sólo tenía cinco canciones…” -toma aire porque no puede aguantar la risa cuando recuerda las canciones que escuchaba- “tenía la canción de Barbie (Barbie Girl, Aqua), Titanic (My Heart Will Go On, Céline Dion), alguna canción de reggaetón y otra más que me olvido. Yo las escuchaba a todas en bucle”. Era muy fan de la electrónica y el dubstep. Daft Punk le encantaba.

Con la guitarra comenzó a tomar ritmo a sus gustos y viajar un poco más por otros géneros. Replicaba solos de canciones de Nirvana o Guns N’ Roses. A los 15 años recibió el regalo de su tía y paso por algunos profesores, tutoriales de Youtube y hasta clases fugaces de requinto. En el proceso conoció proyectos románticos de reggaetón o se encontró en situación en que amigos de su padre ponían rock de fondo en su casa. Se le escapan los nombres de las bandas, pero si es claro en que muchas de esas influencias se quedaron hasta nuestros días.

Con el paso de los años, caló en clubes de su propio colegio y en coincidencias con forma de personas. Profesores que jugaron un rol importante en su presencia musical. Por ejemplo, se juntó a un profesor de inglés en los recreos del colegio, quien le enseñaba algunos riffs básicos o técnicas musicales. También él fue quien le vendió su primera guitarra eléctrica. 

En ciertos huecos creativos, repasó un hobbie escondido, que era el de programar videojuegos. Bajo la influencia de tutoriales y tiempo libre, lo intercalaba con hacer música, cumplir con las tareas del colegio y evitar dormirse cuando no era el tiempo, “dormir es una pérdida de tiempo”, dice en la entrevista. Al menos, para el Mauricio de ese tiempo.

Con los años en la espalda, 2017 fue el año en que intentó tener su primera banda. Existió, pero jamás vio la luz del internet a más de una cuenta de Instagram. Su nombre fue Argonáuticos y como logro máximo, recuerda Mena, tocaron en Casa Marín, un espacio en Guayaquil. La agrupación no pasó a más, pero Mauricio ya había tocado sus primeras composiciones y algunas canciones, como No Volverás o Volver al Jardín, nacieron en esa etapa y podemos escucharlas en su primer disco.

En ese primer intento por acercarse a un tipo de escena, se conectó al boom del 2015-2018 en las sesiones de EPICENTRO. “No podía creer que todas estas bandas fueran de acá, escuché alguna sesión de La Máquina Camaleón y me fui de largo con Alkaloides, Espumita, El General Villamil, Les Petit Bâtards (…) el darme cuenta de que acá existían estas bandas me explotó la cabeza”.

Benjamín (elmito).

Eso, más la influencia del indie anglosajón, como Mac DeMarco, boy pablo o Surf Curse, provocó que Mauricio tome referencias suficientes para lanzar en 2021 su primer álbum, con 11 canciones de su autoría. El disco es una mezcla compacta de sintetizadores, baladas y una sensación de saturación sonora que representa bien ese toque alterno que Mena necesitaba producir. Aun así, hablar de este disco en 2022 dista a lo nuevo del músico guayaquileño, quien tuvo la ayuda de Benjamín Santillán para la nueva etapa en sus canciones.

Gye 2099 es este nuevo primer paso. Una propuesta salida de un trabajo de sampleo bastante sucio -en el mejor de los sentidos- y con el alma metida en el futuro de la ciudad donde se educó Mauricio.

Adrián: ¿Cómo nació el sencillo? Siento que fue un 50/50 entre tú y Benjamín, ¿no?

Mauricio: Yo le propuse algunos temas y al Benja se le prendió el chip. Me envió un mensaje que decía Careless Whisper y yo le pregunté ‘¿QUÉ?’. Respondió de nuevo con lo mismo y entendí. Le pedí que haga lo que crea que tiene que hacer, al rato me envió una base con el sintetizador principal de la canción. Yo lo descargué y a los cinco minutos le envié la letra. Él me dijo que esta canción puede ir en cierto mood de Scarface. Tomé la canción y la metí en Ableton. Arreglé ciertas cosas, mezclé un poco y se la envié.

Adrián: ¿Por qué inspirada en Guayaquil? Se puede decir mucho de esta ciudad y el doble si eres de ahí.

Mauricio: Inclinar el tema hacia Guayaquil pasó cuando la canción se estaba construyendo. Lo escuché y me vino a la mente una ciudad futurista, pero al mismo tiempo precaria, pensé que podría ser el soundtrack ideal de un Guayaquil futurista influenciado por Blade Runner.  Si alguien agarra y hace una película de esto en ese año puede ser el himno nacional del momento.

Adrián: Lo que me inquieta es que hay algunos detalles centrados para pegar en Tik Tok.

Mauricio: Se buscó conseguir pedazos tiktokeros, sí. Antes del coro final creemos que es la parte tiktokera. Yo se lo mandé a Benjamín y él dio el check.

Adrián: ¿Crees que es lo mejor que has hecho hasta el momento? Yo lo creo.

Mauricio: Creo que todavía no he escuchado algunas cosas que hay, pero si es un gran cambio. Es el tema ideal que debía salir. Se sintió tan bien y todos sentimos en ese rato que fue chévere. Es un gran paso al cambio de sonidos e influencias.

En el nuevo material de Mauricio hay nuevos sonidos, diferentes a sus primeras producciones, pero aún con el alma suave de su música en medio del todo, o eso es lo que espera Mena. “Queremos que todo sea muy pulido y ensuciar al mismo tiempo. La idea es que (el sonido actual) se mantenga pero que haya sorpresas a lo largo de la escucha. Podemos pasar de una canción super synthwave a otra y poner un bolero. Romper totalmente”.

Si quieres saber de primera mano de su productor, cómo se compuso Gye 2099 y qué samples se usaron, te recomendamos este Tik Tok de Benjamín Santillán contándolo:

Escucha acá abajo a Mauricio Mena, síguelo acá en Instagram y sigue aquí a Adrián Gusqui: