Su primer disco es como pedirle cuentas a la memoria, a los pequeños amores de la adolescencia y a esos gustos alternos que lo hacen quien es.
El Domo Blanco lanzó el pasado 29 de enero ‘LA MANSIÓN’, el primer disco de su carrera. Diego Cuesta, nombre del artista, cuenta las vicisitudes que atravesó hasta llegar a la fecha de salida. Escarbar en su propia cabeza y sus gustos musicales fueron algunas de las dinámicas a tomar en cuenta.

Lleva poco tiempo en Inglaterra y asiste a esta entrevista después de salir de su cuarentena por COVID. El día del lanzamiento de su primer álbum tuvo que estar encerrado en un cuarto en Exeter (UK), a la espera de resultados, como en 2020, cuando la dinámica era la misma, pero en el otro lado del mundo, en una bodega de su casa, en Ambato, mientras componía las canciones del disco.
Los días previos al lanzamiento del disco “fueron metafóricos”, dice Cuesta, “como un viaje al pasado”. Piensa que el encierro debió significar algo. Ahora sólo disfruta y recuerda mientras responde preguntas.
Dice que empezó a componer su música a los 14 años. A esa edad, confiesa que “no llegó al nivel para estar seguro de lanzar lo que hacía”. Apenas supo en 2021 que era el momento de hacerlo. Ahora tiene 18 años y muchas de las canciones dentro de este álbum fueron compuestas por contemporáneos a él, que conoció en su lugar de nacimiento o por destino musical.
¿Cómo pensaste la música que querías hacer antes de componerla?
“El centro del proyecto siempre fue dirigir la música hacia un lugar en el que me sienta yo. En estos dos años escuché música con un rango muy grande de géneros. Si alguna cosa me gustaba lo recogía y lo ponía en algún lugar de mi música. Por ejemplo, del After Tours (The Weeknd), los sintetizadores están impresionantes. Ese disco fue el primero que escuché cuando pensé en ‘LA MANSIÓN’”.
Pero si hablamos de bases o algo cercano para comprender tu música…
“Algunos elementos de indie y trap. Frank Ocean, JPEGMAFIA, Beach Boys, FKA Twigs, Cupido, Pimp Flaco, Travis Scott, The Strokes. Últimamente no he dejado de escuchar El Madrileño. Desde que empecé ‘LA MANSIÓN’ he estudiado los discos y la materia que le hace al disco lo que es, por ejemplo, el Blonde es el que más me ha influido”.
En estas influencias se explica la variedad del álbum de Diego, que emprende un viaje sonoro sin una línea concreta y con cierta dificultad por etiquetarlo. Es como un mapa conceptual de su playlist diaria, incluida una que otra referencia con dedicatoria escondida. Por eso encuentras indie con alto nivel de sintetizadores, trap lento y aún pegado al indie o un bossa nova, que no tiene un verdadero sentido dentro del todo. Es un glitch.
Esta variedad de influencias también encuentra explicación en la participación de muchas personas en medio de toda la evolución del disco, desde su hermano de 15 años, quien mezclo el disco, hasta colaboraciones con artistas de su ciudad, como Pancho Pistolas, Todo Norte (su primo), Alegría Vásconez, Baby Brad y Madrid, este último no es de la misma ciudad. Diego produce a la mayoría de ellos y, en palabras de él, son una banda, pero “cada uno tiene su proyecto personal”. Se apoyan. Como una miniescena que se presta lo que necesita.

¿Qué conclusiones sacaste de las colaboraciones en ‘LA MANSIÓN’?
“Fueron reforzantes de amistad. Yo era amigo de todos menos del Brad y Madrid. Cada colaboración fue como recoger algo. Cada uno puso su corazón en alguna parte de su proyecto. Antes de hacer no iba a haber colaboraciones, lo iba a hacer solo. Pero me di cuenta de que las eran necesarias e inevitables”.
¿Por qué eran ‘necesarias’ e ‘inevitables’?
“Hay cosas que no podía hacer creativamente. Yo mismo me había encerrado en una caja. Cuando hice Sediento con Baby Brad me di cuenta lo que uno es capaz cuando trabaja con más gente. Las respuestas no tenían que venir necesariamente de mí y eso cambió toda mi perspectiva de hacer música”.
Como se menciona al inicio de la nota, el disco viaja por diferentes tramas de la memoria, por eso acá te dejamos un detrás de cada canción x El Domo Blanco:
TRECE: Basada en mi fiesta de su cumpleaños. Junto a mis amigos pasaron muchas cosas. Fue un problema de un sentimiento con una mujer. Ese feeling es de lo que habla esa canción.
SENNA: De los ídolos personales de mi papá. A mi papá le gusta mucho el automovilismo. Me contaba muchas historias de Ayrton Senna. Se convirtió en un modelo a seguir.
BAÑOS DE AGUA SANTA: Hace referencia a una experiencia con una chica que me gustaba. Le escribí un poema allá, en una vacación.
DOMO A SAN DIEGO: Tiene dos explicaciones. La primera no te la puedo dar, porque es algo privado entre una chica y yo. La segunda explicación es porque es una canción de conversión y transformación personal. Me inspiró en Blonde, porque puede significar eso o lo otro. Cualquier cosa.
1822: Por el día de la independencia de Ecuador. El significado es salir de una relación y convertirte en alguien independiente.
LA MANSIÓN: Por la idea sonora, quería que el disco explicara varias influencias. Como varios ladrillos construyeran una mansión. Los ladrillos son canciones. La construcción de lo que soy yo. El disco es una mansión.
ABRIL EN BOSSA NOVA: Por una de las chicas a quien le escribí el disco.
DOBLE SUERTE: No tiene un trasfondo. Fue un nombre que nos salió con Brad. Dos situaciones dentro de la canción, una en la que va bien y otra en la que me va mal. Dualidad.
CAMBIO Y FUERA: Por el mensaje cuando hablas por walkie talkie. El fin del disco es el “fuera”.
Las personas a las que dedicaste el disco, ¿ya la escucharon?
«Una sí, la otra no sé. La que sí, le encantó. Me dijo que estudia con el disco. Siempre hemos sido amigos y me gustaba. Cuando salga la entrevista tal vez la segunda chica lo sepa. Justo coincide con la fiesta del TRECE, yo le conocí de verdad, y ahí empezamos a hablar, por eso esa es la primera canción».
Diego confiesa que está feliz. El disco ha ido bien con la gente que ha escuchado todas las canciones en este medio mes y más de salida. Casi 15k se reproducciones en Spotify con los números que ha conseguido ‘LA MANSIÓN’, cumpliendo las expectativas del músico nacido en Ambato.
Ahora mismo estudia en Management en Marketing en la Universidad de Exeter, en Inglaterra. -¿Por qué no estudiaste música?- pregunto. Me dice que “apostar por el arte no siempre es un camino seguro”. Que su carrera “le puede funcionar a futuro en lo que piensa hacer con su música”.
Sobre si piensa tocar en algún momento. Aún le toca esperar. Quiere venir a Ecuador a medio año, cuadrar fechas en todo el país, prender su computadora y ponernos a bailar, llorar, amar, gozar. Lo que venga en el paquete de ‘LA MANSIÓN’ hasta ese tiempo.
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