¿Por qué Alex Eugenio debe escapar de ‘la escena indie’?

Alex Eugenio

Texto trabajado luego del concierto de Alex Eugenio junto a su banda brava el 16 de noviembre en La Ideal, Quito.

No recuerdo muy bien qué canciones tocó Alex Eugenio en ese concierto. Todo fue extraño. Lo que sí recuerdo es su cara cuando acababa de tocar cada canción. Era la de un hombre agradable, parte de su propio concierto, alejándonos muy fácilmente del ambiente alternativo que acostumbra La Ideal, él seguía igual de expresivo mientras tocaba, sin creerse el cuento, apañado con las luces del concierto por todo el rostro. 

Alex Eugenio el 16 de noviembre en aquel concierto de La Ideal. Foto: Adrián Gusqui.

Eran amarillas, como la de una palmera pintada por el atardecer. Otras veces era azul, como el mar, como Poco Casual. Las luces hacen al músico, dirán. También le hacen que sepa dónde está parado. Y Álex lo sabía -todavía lo sabe-.

Creo que lo sabe desde el momento en que algún amigo suyo lo nombró el romántico de la Perla. Apuesto que hasta lo sabe desde antes. 

Lo sé por cómo sonríe en sus shows. Por esa facilidad de bolerista/rockero de sentir y hacer sentir a quienes lo escuchan. Por aquella tensión invisible de desconocer si terminará el bolero rockeando o incluirá arreglos muy en medio de la canción. Estamos frente a uno de los mejores cantautores de la década ecuatoriana y claro que lo sabemos. 

Es inevitable aceptarlo. ¿Dónde consigues un músico que hace boleros, rockea en una banda (Cometa Sucre) y se destrampa el alma en algo más under (J. Calavera)? Además, que tiene su cuenta de Instagram para curar toda la música ecuatoriana que sale, bajo el user: Montalvo Cultural, el Mileto EC del siglo XXI instragramero. 

Puede ser que encontremos a alguno que sea igual de polifacético: sí. Pero Álex tiene el son, el swing y el don de caer bien hasta a Jack Black en una salsoteca de Tonsupa. Este análisis no es un sinónimo de lamerle el ego a Alex. Si recogiéramos primeras impresiones en cualquier lado, Alex sería amado hasta por el más amargado y razones hay tantas. Entre ellas: su estilo, mezclado entre Camilo Sesto y José José, el color de su imagen (bien tropical, a arena caliente), la buena onda de su música, la seriedad con que trata temas sociales en redes, su amor de amigo a los fans, luchador -y vencedor- porque le pare bola Pilsener, buena voz, buen performance y lo más importante: su banda brava. Músico con banda es un músico estable con sus amigos. 

Alex y a sus espaldas la banda brava.

O todo es mentira y odiamos a Eugenio. ¿Posible? No lo creo

Alex optó por el bolero a pesar de que todo su círculo musical le apostó al rock/pop. Aunque pertenece a una imagen propia del bolero del 2019, sitúa los mismos lugares que su círculo musical recorre, del cual ninguno hace lo que él. 

¿Por qué Alex es de “la escena” si no es un músico que hace indie? De hecho, su camino en cuanto a shows debió iniciar tal como le pasó, por ejemplo, a Aladino. La diferencia es que la realidad actual de Alex lo transportó a un mercado menos popular, cargándolo de una etiqueta alternativa a pesar que lo que hace no tiene mucho de los rasgos comunes de lo que conocemos ‘criollamente’ por ese adjetivo. En una conversación con Mauro Samaniego, dentro de un Cabify, llegamos a esta conclusión, de paso que él, como productor de Alex en Aurora, cuenta que le propuso desde un inicio hacer algo más que boleros clásicos. 

Sin embargo, no lo hizo. A cambio de ello, prefiere rescatar el pasado musical del país porque siente un apego especial por el Ecuador, en sus palabras lo que quiere es que “la gente sienta que Ecuador es de ellos y se sientan orgullosos de él”. 

Alex en su show en Quito la pasada semana. Fotos: Adrián Gusqui.

Finalmente, a pesar de no pertenecer a un estrato del cual su música sería pan de cada día, el romántico padece de talento. Y aunque su presente parece atascarlo dentro de una escena en la que es minoría, recibe con mucha justicia que le echen flores para salirse de esta escena y sacar de las radios a -parientes de Yunda- hiteros. Si Alex se pone pilas y prueba por tocar en espacios masivos o más alejados del “venue conocido”, no sólo nosotros tendremos la osadía de etiquetarlo como “uno de los mejores cantautores de la década”, sino todo el Ecuador

Otra alternativa es elevarlo a culto por su trascendencia dentro de una escena que está llena de una tradición sonora parecida, que con artistas como Alex se diversificó

La lógica apuesta a la primera opción, pero el feeling y el confort a la segunda. 

Aún así, Alex es de los mejores músicos del Ecuador. Por no decir: el mejor de este año. Decir que “escape” suena muy fuerte, pero es ahora o nunca si quiere ser una leyenda como a quienes tanto admira. 

Ser más que un Marc Anthony.