¿FLIX es en realidad tan repugnante?

Flix Pussy Cola

Hace 5 meses habría dicho que FLIX apesta. De hecho, lo decía. No los aguantaba, su música me entraba con dos pinzas que dolían. Abogaba en que era un grupo superficial, sucio, mal educado, improvisado, plagado de una excusa de groupies como su única característica exitosa.

Pero hace semanas que he cambiado de opinión, me he convencido y ahora apuesto a que “esta banda de chamos” ya es de grandes.

La razón no es compleja, de hecho, reconocible cuando me he decidido a echarles ambos ojos: HUELEN A FUTURO.

Flix en el Teatro México. Fotos: Adrián Gusqui.

La primera vez que los entrevisté se presentaron para un programa de radio. La radio cayó, nos cagaron los horarios y no podíamos usar la cabina. Tocaba improvisar, los invitamos porque se olía algo diferente en el pequeño chisme sobre ellos en Instagram. Llevaron instrumentos, pero cargaban un aire de “llévennos a hacer lo que sea”. Los llevamos a una cancha debajo de la universidad, había gradas y teníamos cámaras, funcionaría. Nunca nos dijeron que no. Todos improvisábamos. La disposición era increíble. Lo demás fue cosa de ellos, había un bullying impresionante, de esos que sí no viviste con la agrupación, duele ajenamente.

Y dolía, por supuesto. “El mueble” era el más atacado.

Tras este ambiente se notaba una unión colosal. De personas que continuaban historias y no dejaban un hilo suelto. El colegio era el espacio en común y de vez en cuando relajaban su voz para hablar con nostalgia de su etimología o del feeling que fans extraños les proporcionaban.

Conclusión: era una banda de panas. Algo perdidos, eso sí, y hasta inestables como agrupación, sacado de una junta de chamos. Pero accediendo a todo, dejando de lado esa idea de divas que les creía.

Son cinco ‘chamacos’. Lucas es el vocalista, la parte que más llama la atención del grupo y que en un principio fue una excusa para pararle bola al grupo. Ahora ya no tanto. Su show remite a viejos showmen, que intentan mantener una relación de amigos con el público que asiste, refinando su identidad con ellos, porque de ellos viene.

Lucas.

Está Joaquín, una hormiguita trabajadora. Algo distante del grupo y arrinconado en su guitarra, dando señales a los demás como un defensa central. Es el Arturo Mina del grupo, parece que no está pero siempre está. No habla casi nunca con el público. Lo vemos concentrado en sus cuerdas y el synth. Todo un muchacho profesional.

Joaquín.

Gabriel (o BiriBoy) es el partner hablador de Lucas. Como su Robin. Es un guitarrista que se trabaja académicamente, guarda una sensibilidad extraña, casi melancólica. Se nota que cuando está en el show encuentra su casa prestada, más comodidad no es posible.

Gabriel.

El Chico Anguila (o Sebastian) es el baterista. Una verdadera joven promesa; es el menor del grupo. Tiene 17 años, sigue en el colegio y mide dos metros (mide menos que eso). Vive el sueño. No sé dice más, es toda una generación Z.

Chico Ánguila.

Flix Pussy Zeta.

La última integrante en adherirse al grupo es Doménica. Un símbolo de admiración para los nuevos groupies masculinos de Flix. ¿Quien no está enamorado de Dome (cerdxs)? Más allá de lo irrelevante…es una bajista bastante comprometida con que sepamos que toca el bajo. Se transporta como un fantasma en el show, guardando con mucho cuidado su metro cuadrado de libertad dentro del escenario. Con intervalos de silencio y dedicación al instrumento mientras sonríe en los cambios de canción, como si la tensión la agobiara. Sin embargo, lo disfruta. Todo lo que contiene cae rendido a sus graves sincronizados donde el bajo resiente lo demás. Tan bien trabajado que prefiriéramos estar en un concierto de Jazz para saber más.

Dome.

De concierto o no, el grupo hace bien ambas cosas: sonar bien en el celular y provocar sentirles cuando están presentes. Pero, ¿por qué?

El éxito de Flix radica en algo sencillo: son una proyección MUY REAL de su propio público. Cuentan lo que un seguidor de 17 a 22 años quiere escuchar o ya ha escuchado, como: tu madre puteandote, memes, spaiderman, amor con bajón y todo combinado en un puré de rock garaje que reúne las fuerzas adecuadas para que quienes los vean centren su atención en sentirlos, corearlos y golpearse entre ellos siguiendo sus armonías. Además, los integrantes juntan todo esto con su estilo, que no parece planeado o pretencioso.

Medio Flix haciendo las de Naruto.

En cambio, parece decidido hace dos minutos o se visten con lo que siempre se ponen para ir a la universidad o los días de deportes en el colegio. Tocan con calentador, camisetas de su propia merch y jeans rotos. Dome es quien cuida más su look, presenta un estilo más rockero~asqueroso, afinado entre una rockera grunge sin mucho ruido llamativo.

Sabes y te convencen cuando con un disco ya pides otro. Esto pasa con la banda quiteña, que tiene un disco en su placard y algunos sencillos regados bajo su Spotify. El interés también nace en ellas, que al estudio profundo terminan sonando a una liberación de energía sincronizada. Elevando su disco a permitirse la etiqueta de reserva de hits.

Además que sus conciertos se convierten desde el minuto uno en conversaciones fluidas entre ellos y el público. Intercambiando frases como “guapo/guapa”, “te amo”, “valen verga” o “Lucas-dame-un-hijo” mientras el setlist va cumpliéndose.

Este grupo también se sacude con sus propios nervios. Y cómo no, andan en la época de no saber quiénes son o dónde están. De aplicar lo surreal a cosas que les pasan ya desde hace un tiempo, como tocar en un teatro, abrir a una banda internacional o ser headliners de un festival.

Flix lleva la responsabilidad de una nueva generación en este mundo del rock alternativo. Del término elitista de la “escena”. Afianzados o no en su conocimiento sobre su papel, tienen el cielo apuntado para romper el algoritmo de tocar en los mismos venues y ser más que una banda de un target que va a crecer y olvidarlos. No sólo es misión de ellos, sino de todos los que hacen música y se plantean desde chamos que ya quieren ser grandes.

Y esos son los Flix Pussy Cola.

La media Cola de los Pussy Flix.

Escucha acá a Flix (o Flix Pussy Cola). Y para más cosas, sigue aquí a Adrián.