El Festivalito no se había ido, solo se tomó sus respectivas vacaciones y esta vez decidió volver con toda la fuerza oriental de su lado. El día 03 de agosto la cita era en Puerto Hondo, sitio en el que se estacionan las cooperativas de buses urbanos y puedes encontrar un buen maduro con queso a dólar.
El lugar era espléndido, amplio, con zonas para descansar y también para prender esas buenas vibras en el escenario principal. Los artistas que pisaron la tarima aquel día dejaron una grata experiencia marcada en el corazón de los asistentes.
El ‘lover’ estuvo presente y jamás se había sentido tan preparado para soltar opiniones respecto a las presentaciones.
Dome Palma

La mujer que dio apertura al festival. Con una guitarra y un Drum Pad de acompañantes logró que la gente sintiera una cálida bienvenida al evento. Su entrega en el escenario fue igual de buena que las visuales que se proyectaban mientras ella cantaba.
El sol quemaba pero valió la pena estar parados frente a Dome y ver una propuesta diferente a lo que uno está acostumbrado a ver.
Telim

Llegó el turno de Telim y decidieron poner las cosas más picantes que el wasabi llamando a André Farra al escenario iniciando el show. Hicieron un pequeño feat en donde la sinergia se notó claramente. Después de eso, la banda se encargó de brindar un espectáculo positivo.
El primer momento de nostalgia en el evento llegó con ‘Esta vez’ y no lo puedes negar.
La Iguana Invisible

La tan ausentada banda de reptiles psicodélicos finalmente volvió a los escenarios después de un tiempo considerable. Raúl -cantante de La Iguana- hacía sus mejores pasos de baile durante la presentación y por si fuera poco, decidió lanzarse hacia los brazos del público sin temor alguno, la gente no lo defraudó y se pegó una surfeada memorable.
La Iguana le puso ese toque necesario para anunciar que lo que se viene con las demás bandas será igual de bueno o incluso mejor.
Tayos Tayos Tayos
Llegó la oscuridad al Festivalito y Tayos (x3) lo sabía. Con unos outfits súper chill se encargaron de poner esas dosis ñengótica justa y necesaria en el evento. El bailorio no paraba, la gente se conectaba con sus canciones de manera singular. Fue un muy buen show.
Invitaron a Arturo, cantante de Telim, para hacer una colaboración en vivo y podría decirse que esa no se la esperaba nadie.
Cometa Sucre
Con un disco recién salido de los laboratorios, Cometa Sucre se destinó a estar ‘En Transmisión Perpetua’ con su audiencia. La entrega de los muchachos fue diferente. Esta vez contaban con un setlist más reforzado y ponía tus sentimientos en un modo aleatorio no muy predecible.
Algo que resultó peculiar fue que ya habían personas que se sabían las canciones del nuevo disco cuando este apenas tenía un día de haber salido de manera oficial. La gente se inspira a veces.
Macho Muchacho
Una de las bandas más esperadas en el festival. El concepto de Macho es diferente a lo que se escucha en este planeta. Sin necesidad de tener letra en sus canciones, saben como convencer al público para prenderse y cabe recalcar que la banda no había tocado en un escenario desde el 2015.
La audiencia tuvo un viaje en el tiempo y experimentó una vez más lo hermoso que era Guayakill en su década hardcore. La salvajada era tan intensa en el momento que ni las vallas de seguridad pudieron contener el pogo de los monos emprendedores y el resultado fue una zona VIP que tenía gente de todas las localidades existentes.
Cadáver Exquisito
La penúltima banda en presentarse y la que marcó en la gente una sonrisa de oreja a oreja. Como todos saben, Cadáver es un patrimonio intangible de Guayaquil. Cada año que pasa, la banda demuestra mayor madurez y un nivel superior en el escenario.
Era una presentación para grandes y chicos, donde todos, sin importar la edad se sabían al menos una canción de la banda. Hubo momentos especiales con cantantes invitados como el Perico Arguello de Cometa Sucre y así también se le dio un tiempo al relajo con Raúl de La Iguana Invisible cantando ‘Los Sapos’ junto a Vinu.
La bola disco que estaba en el escenario ayudó a entrar en ambiente de una forma funky posi.
La Máquina Camaleón
El fin de los tiempos del Festivalito estaba a la vuelta de la esquina y los responsables de finiquitar el evento eran los camaleones en formato Æzul. Presentaron algunas canciones del nuevo disco que está por salir, la gente quedó enamorada de ver a Rodrigo Capello, guitarrista de La Máquina, en una faceta de cantante que le asienta bien.
El extrovertismo de Felipe en el escenario se basó entre rapear mientras contenía helio en sus pulmones, lanzar pan tostado o manzanas al público en sentido aleatorio y la mejor de todas sus corduras fue arrojar un inflable de sandía gigante a la gente para finalmente treparse y saltar encima de ellos como si fuera una cama elástica.
La gente gozó mucho y casi terminan desnucados de tanto headbange. Ver esta alineación de la banda en vivo demuestra que el color que tome el camaleón siempre es escogido con el propósito de mejorar.
El Festivalito se terminaba, los artistas y personas VIP tenían su merecido after party en un lugar más chino que tú cuando andas happy. Mientras que los demás asistentes reposaban en el césped y conversaban de la vida mientras esperaban a que llegaran a recogerlos.
Para el lover fue un festival completo, no hubo retrasos ni problemas técnicos, la comida era accesible, el sonido estuvo bueno y lo mejor de todo es que pude ver el rostro de muchos de ustedes sonriendo y gozando de un festival que ya se volvió icónico en Guayaquil.
¡Nos vemos en otro perreo festivalero!