El pasado 13 de julio se dio uno de los festivales -que personalmente- es uno de los más grandes y completos del Ecuador. Es el tercer año seguido que voy a Saca El Diablo, el primero como prensa, pero las formalidades importan poco al momento de disfrutar de un buen festival, desde el inicio hasta el fin, la coordinación fue esencial y fue algo que hizo que el festival se pueda dar de la mejor manera. No hubo retrasos, cortes a las bandas y todo se dio tal como se esperaba.

La sinergia que el festival brindaba era simplemente hermosa, comenzando con Sudamery Jane’s, o sea: hip hop, para luego subir los volteos y activar los pogos con Nuevo Bravo en el escenario ‘Saca Todo’, luego se relajaron las aguas con música del mar con la de la banda galapagueña Arkabuz.




Las horas pasaban en Lumbisí pero siempre había algo que hacer, era tripear una banda, buscar merch, ir a algún stand up para morirte de la risa o buscar comida. En relación a la música, las horas iban pasando y yo estaba convencido que el show de Letelefono era uno de los más apasionados que había visto en toda mi vida, pero luego llegó un mexicano del que había escuchado poco y lo único sabía era que el man se desnudó en el Rock al Parque de este año; su majestad imperial, como él se hace llamar: Silverio. No entendía cuál era su onda, pero la energía que transmitía en el escenario me hizo caer en un trip hermoso, el gran Silverio, odiado por muchos e idolatrado por otros muchos también. Logró sacar los diablos de media quinta San Luis de Lumbisí, si no fue con insultos fue con saltos. Y claro, al final ese desnudo fue todo.


Los headliners empezaban a presentarse, todo era variado, desde lo que tocaba Silverio hasta un sabroso set son que nos ofrecieron Los Chigualeros. El cual nos puso a bailar a todos solos o acompañados, el cansancio se hacía presente, los pies dolían, la ropa mojada pesaba, pero seguía el Power Trio que tanto quería ver: Sal y Mileto. Canciones como ‘Kito kon K’, ‘Avisos Klasificados’ y ‘Aguanta’ hicieron que se nos olvide el cansancio y nos metamos a un pogo que parecía nunca acabar, cayéndonos de cansancio, descansando en el ojo de la tormenta para después volver al ruedo y sacar todos los diablos de una sola vez, me atrevería a decir que el pogo de Sal y Mileto fue uno de los más grandes de Saca el Diablo.

Francisco el Hombre también mostró lo suyo, con uno de los shows más potentes que he visto, la potencia que transmitía cada uno de sus integrantes era fabulosa, su propuesta era simplemente cautivadora, no me atreví a buscar información sobre la banda antes, estaba esperando a ser sorprendido por ellos, y lo lograron.

Pasaba el tiempo, faltaban tres bandas, La venezolana Rawayana, la nacional Da Pawn y la cubana Orishas; llegábamos a un punto donde ya no sabíamos que hora era, solo íbamos a escuchar a las bandas, el hambre ya no importaba, pero el cansancio pesaba, ya empezaba a costar subir y bajar aquella colina para ir de escenario en escenario, algunos buscábamos en nuestros bolsillos y recargábamos lo que teníamos para irnos con nuestras pulseras cashless en cero, o bueno, yo lo hacía. El impecable show de Rawayana puso a cantar y a bailar a todos como era de esperarse, la vibra que transmitía era simplemente cautivadora, Da Pawn hizo lo propio, invitando a Paola Navarrete a cantar Ballenas de Ruido, mostrando el poder ecuatoriano, quedaba una banda – la más importante personalmente-, la mítica banda cubana: Orishas. Su flow me volvió loco desde que los escuché, canciones como ‘A Lo Cubano’, ‘537 C U B A’ me enamoraron totalmente, verlos en el escenario era otra cosa, solo con verlos me daban ganas de saltar, cantar con ellos y quedarme sin voz.



Saca El Diablo es un festival que promete cada año más, las bandas nuevas y extranjeras deben ser escuchadas, porque este festival tiene mucho que ofrecer, me atrevería a decir que es uno de los festivales más organizados y completos del Ecuador, también diría que está al nivel de otros festivales grandes de Sudamérica, lo único que falta es el apoyo de nosotros como público (aunque esta vez vaya que se sintió), porque la escena la hacemos todos, fotógrafos, reporteros, público, artistas y organizadores.

Y si me preguntan si saqué los diablos, diría que iré acumulándolos para poder sacarlos todos en la próxima edición de Saca El Diablo.